Estimadas vecinas y vecinos, en víspera de La Pascuas deseo saludarlos.
Aprovechando estos días tranquilos y de reflexión en los que hace más de 2000 años nacía para los creyentes un Mesías y para los que no: un revolucionario. Término que se acuña a quien pretende cambiar una realidad sostenida por el poder. Este hombre llamado Jesús ha trascendido 2000 años porque —entre otras cosas— su revolución estaba basada en ‘el otro’: el necesitado, el abrumado, el perdido, sin importarle nada más.
Situándonos en el presente y lejos de compararnos deseo sólo expresar mi admiración sea cual fuera la forma en la que Lo imaginemos. Este pensamiento guarda relación en algunos aspectos con lo que nos está pasando en nuestro espacio político dado que estamos luchando contra el poder y eso es difícil, la lucha es desigual y por momentos nos sentimos muy cansados y algo desmoralizamos. La política está sufriendo una enfermedad terrible y sólo nosotros, como sociedad podremos salvarla para que continúe albergando en su definición el objetivo de hacer y priorizar el bien común.
Este mal del que hablo es que la política ha sido colonizada por el cuarto poder: Los Medios de Comunicación. Inicialmente la política se valió de los Medios para poder masificarse o globalizarse. Pero muy pronto los políticos se convirtieron en actores y en épocas de elecciones, las campañas son del más sofisticado marketing y carentes de honestidad. En la actualidad los Medios como virus letal han colonizado a la política y se han apoderado de ella, convirtiéndola en un producto. Es una falacia que para hacer política hay que tener vocación, proyectos, ideas y militancia. Hoy para hacer política hay que tener "DINERO" solamente y cuanto más se tenga, más espacio de visibilidad y audición se tendrá sin importar cuál es la visión, cuáles son los objetivos ni cuáles son los proyectos.
La pregunta que yo me hago por estos días espirituales es: ¿Dónde queda el bien común en todo este escenario? La respuesta es que a nadie le importa el bien común ni la sociedad ni el prójimo. La única preocupación es cómo se apoderan y reparten el banquete.
Nuestro proyecto a presentar en el Concejo Deliberante está orientado a que el gobierno Municipal no pueda afectar fondos públicos a publicidad o propaganda de obras o actividades realizadas. Todo el gasto que se hace en materia de publicidad debe ser reorientado a campañas de prevención y/o de promoción de actividades educativas, deportivas, productivas y culturales. No es necesario que un gobierno municipal haga propaganda de lo que ha hecho porque es lo que ‘deben’ hacer. Y si consecuentemente logramos honrar ese mandato que nos imparte la sociedad, la gente que vive en la ciudad verá y aprovechará las obras realizadas, es decir: es innecesario gastar tantos millones en publicitar las obras realizadas por cada Secretaría como publicidad de campaña.
Lograr este proyecto será muy difícil, pero nada es imposible cuando una sociedad se propone cambiar algo para el bien de todos.
Vecinas y vecinos si es su decisión; este proyecto será presentado por nosotros ni bien asumamos como Concejales. Apóyennos, ayúdennos.
Felices Pascuas.
Un abrazo grande.-
SOMOS VOS, SOMOS AHORA !
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